ENRIQUE BUNBURY EN LIMA

Enrique Bunbury solista
Con Héroes del Silencio
Diez preguntas a Enrique Bunbury
Héroes del Silencio Tour 2007

Enrique Bunbury solista


En un mundo en el que el riesgo se penaliza de muerte, que alguien como Enrique Bunbury haya alcanzado un éxito masivo resulta casi milagroso. A lo largo de una carrera que comenzó en 1979, cuando se compró su primera guitarra eléctrica para tocar en un grupo de su colegio llamado Apocalipsis, Enrique Bunbury ha ido dando pasos que alguien que no hable el lenguaje del arte jamás podría entender. La frase que probablemente este aragonés del 67 ha oído más veces ha sido: ¿y qué necesidad tienes? Pero eso es como si alguien le preguntara a Admunsen, cuando salía hacia el Polo Sur, si realmente era necesario pasar ese frío, con lo bien que se está en casa. Necesidad. Esa es posiblemente la clave.

La disolución de Héroes del Silencio, ese grupo que surgió en 1984, después de que Enrique hubiera militado en otras bandas de iniciación como Zumo de Vidrio o Proceso Entrópico, sucedió en el momento de mayor éxito de la banda. Era 1996 y habían alcanzado metas que ningún grupo de rock español había logrado anteriormente (y, hasta el momento, nadie ha vuelto a conseguir). Además del triunfo incondicional en España, un éxito internacional auténtico (con fans esperando en la puerta del hotel y portadas de periódicos) en países como Italia y Alemania, además de toda Latinoamérica y el ámbito latino de Estados Unidos. Pero Bunbury necesitaba cambiar, explorar territorios musicales que con el peso de Héroes no podía escalar.

El primer salto mortal llegó en 1997 con “Radical Sonora”, su álbum de debut en solitario, en el que la mano de Phil Manzanera le ayudó a sobrellevar el vértigo. Una exploración por la música electrónica, por la psicodelia más ácida y sonidos orientales que, desde luego, era un cambio radical, incomprendido por algunos que, con el tiempo, acabarían por darle la razón. Con este disco y su gira posterior, Bunbury desveló algunos de esos gustos que llevaban tiempo agazapados, escondidos por la gran maquinaria de Héroes del Silencio y que devendrían en sus discos posteriores. En esa gira, por una parte, ya dio señas de su pasión por la vida del nómada y por rodearse de algunas de las ‘rara avis’ de la música su país, artistas minoritarios a los que daba la oportunidad de acercarse a un gran público y, por otra parte, en el caso de Radical Tour (después pasaría con Freak Show), definían las coordenadas de un mapa en el que después Bunbury se adentraría de lleno. La electrónica de Big Toxic, el post-rock/krautrock indie de Manta Ray, la psicodelia de IPD, el pop lounge y latino de Esterocéano…

El siguiente paso, no menos arriesgado, fue “Pequeño”. Muchos pensaron que “Radical Sonora” había sido una cana al aire, un desahogo, pero que, después, una vez desfogado, volvería a hacer lo que el público de Héroes (y la industria discográfica) esperaban. Pero no, los criterios artísticos, la Necesidad, se impusieron. Y salió “Pequeño”, en 1999, un disco en el que se empezaba a intuir ese aire de cabaret que este showman por excelencia siempre llevó dentro y un sonido más cálido, más mediterráneo, sin dejar a un lado el Pacífico. Con este trabajo consiguió reconciliarse con parte de su público, que empezaba a entender que Héroes eran el pasado y que tenían que aprender a querer a Bunbury tal y como era. Pero además, consiguió que una audiencia que no compartía los postulados de su grupo anterior empezara a fijarse en un artista renovado, con una capacidad innata para crear himnos, como “Viento a Favor”. El cambio no era sólo musical. Las letras, que siempre habían sido una parte esencial en la creación de Bunbury, se iban transformando. Las referencias digamos más iniciáticas, más oscuras, a Blake o a los simbolistas, que estaban presentes en su etapa anterior, aquí se volvían más claras, más maduras. Pasaba de la escritura críptica, de libre interpretación, a la sencillez, la narración. Algo que se haría especialmente patente en su siguiente cd, “Flamingos” (2002), al que llegó después de publicar un álbum en directo de su gira, “Pequeño Cabaret Ambulante”, y con una nominación a los Grammys latinos por “El extranjero”, como “mejor interpretación pop masculina”.

La nitidez en las letras, la introspección definitiva, el striptease lírico llegó con “Flamingos”. La historia del desengaño (no sólo amoroso) y de la resurrección. Un disco en el que se rodeó de algunos de sus amigos, como Jaime Urrutia, Quimi Portet, Shuarma (Elefantes), Carlos Ann, Kepa Junkera o Adrià Puntí y en el que experimentó musicalmente hasta el infinito. De la sencillez de “Pequeño”, a la complejidad de cientos de pistas para crear canciones como “Contar conmigo”. 300.000 discos vendidos en España y América, una gira interminable, actuaciones en el Central Park de Nueva York… Bunbury es ya, definitivamente, sin ningún género de dudas, una estrella internacional y eso se nota en su siguiente entrega: “El Viaje a Ninguna parte” (2004). El espíritu del titiritero, del Músico de la Legua está presente en este trabajo, que toma su título de la película en la que Fernando Fernán Gómez refleja la vida de un grupo de comediantes, de pensión en pensión. Aquí, Latinoamérica, un territorio por el que Bunbury había transitado (por trabajo y por placer) durante los últimos años, estaba especialmente presente. En la música, en la temática de las canciones y en las letras. Ese empeño por crear una identidad propia, de un rock en español, estaba presente más que nunca en ese disco. Nicaragua es quizá la fuente de inspiración más evidente, pero ahí están México, Guatemala y, por supuesto, España, aunque sea con referencias no tan obvias.

Ese álbum era una especie de preludio de lo que iba a venir después. Lo siguiente fue “Freak Show” (2004). La serie B, el circo añejo, la estética del nómada. El cd y dvd (realizado por José Girl y Javier Alvero y que definiría la estética de Bunbury durante algunos años) es una muestra nítida del sentido del espectáculo de un artista que sabe que el rock and roll es algo más que música. Pero donde de verdad se ven las intenciones de Bunbury es en la gira posterior, donde se rodea, de nuevo, de artistas de culto, como Mercedes Ferrer, Carlos Ann, Nacho Vegas o Adriá Puntí, para recorrer con su carpa toda España y, según sus propias palabras, “recuperar la cercanía con el público, esas sensación de convencer uno a uno”. Su “Rolling Thunder” particular. Ese sería también el año de Bushido, un proyecto junto a Shuarma, Morti y Carlos Ann y el del comienzo de Los Chulis, una banda casi secreta, de amigos, en la que Bunbury saca a la luz su lado más lúdico.

El 2005 fue el año, de nuevo, del cambio. Disolución de El Huracán Ambulante (la banda que le había acompañando desde el 97) y cambio de empresa de managament. Bunbury está agotado, en el sentido literal del término, y no está seguro de si volverá a subirse a un escenario. Comienza una etapa de reflexión, colabora con algunos compañeros como Jaime Urrutia o Quique González. With a little help of his friendo, y, después de una temporada de descanso, va retomando el contacto con la música. En esa época, también se publica el libro/disco de Homenaje a Panero donde él, Carlos Ann, Bruno Galindo y José María Ponce recitan y musican la obra del poeta. Y esa afición a la literatura, evidente si atendemos a las letras de Bunbury, también se materializa en “Chorrito de Plata”, la editorial de poesía que funda junto a Antonio Estación, donde publican a autores noveles y a algunos músicos que vuelcan en ella su faceta literaria.

Pero la colaboración definitiva llega con Nacho Vegas, con el que graba un disco “El Tiempo de las Cerezas” (2006). Ese es el comienzo del regreso, de volver al escenario (entre otros, el Liceo de Barcelona). En medio, la reunión de Héroes del Silencio. Diez conciertos que sirven para cerrar definitivamente ese capítulo. Y un año después, “Hellville de Luxe” (2008). Un disco de rock en el sentido más clásico del término, donde las guitarras adquieren un protagonismo muy especial y en el que los estilos se entrecruzan, pero siempre mirando a las raíces de rock. Una nueva etapa, en la que le acompaña, por supuesto, Phil Manzanera, y que comienza con una frase que resume mucho más que el estado de ánimo o la situación vital del artista: “Al final, para un hombre de mundo, es muy exótico volver a casa”.

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Con Héroes del Silencio

Tras dejar Proceso Entrópico, Bunbury pasó a ser el vocalista de un grupo llamado Zumo de Vidrio que se convirtió en la semilla de Héroes del Silencio. En esa formación estaban Enrique y Juan Valdivia (Segovia, 3 de diciembre de 1965) que junto a Pedro Valdivia, crearon los primeros Héroes del Silencio (1984).

Con el apoyo de Cachi (DJ de Radio Zaragoza), y del periodista Matías Uribe (columnista musical del Heraldo de Aragón), Héroes del Silencio comenzó a darse a conocer. En sus comienzos, consiguen el segundo puesto en el concurso de Pop Rock de Huesca, por detrás de unos más experimentados Proscritos grupo que seguía la estela de otros con más difusión como La Frontera. Un concierto ofrecido en 1987 en la sala En Bruto -en el que consiguieron agotar localidades y dejar a cientos de seguidores fuera- pone al cuarteto en el punto de mira. Gustavo Montesano -ex Olé Olé- se fijó en ellos y les allanó el camino para firmar su primer contrato con la multinacional EMI.

Entonces se publicó "Héroe de Leyenda", en 1987, un maxisingle, fórmula muy común por aquel entonces en la industria discográfica española con los grupos noveles. De este disco se vendieron más de 30.000 copias en su momento, y posteriormente se publicaría también en CD.

Menos de un año más tarde publicaron su primer LP, "El Mar No Cesa", también producido por Montesano y que de inmediato se convirtió en disco de platino. Mar adentro o Flor venenosa pasaron a ser canciones de referencia para jóvenes de finales de los 80 y principios de los 90. Sin embargo, el grupo quedó descontento de la producción de este primer álbum, demasiado pop para una banda que en directo era pura adrenalina, como anécdota queda la sorpresa que se llevaron cuando descubrieron que por las noches mientras el grupo estaba ausente el productor metía en el disco arreglos basados en trompetas de sintetizador tratando de darle un enfoque comercial al álbum. El empeño de Enrique, Juan, Joaquín y Pedro impidió tal decisión.

En Calatayud (Zaragoza) les vio el ex componente de Roxy Music Phil Manzanera quien llevaba algún tiempo en España y acababa de producir discos a grupos nacionales. Phil se interesó por Héroes tras verles en directo y decidió apostar por ellos. Phil Manzanera produciría Senderos de Traición (1990). Quedan de ese disco éxitos como Entre dos tierras o Maldito duende. Pero no hay que olvidar que la compañía por aquel entonces ya apostaba fuerte por ellos. Los videoclips ayudaron mucho a la difusión del disco, hay que decirlo, pues mostraban la estética del grupo por aquel momento. Cadenas como Canal +, pondrían una y otra vez sus vídeos en espacios como el de Los 40 o El Gran Musical. Actuaron en playback en programas como "Un, Dos, Tres" con Jordi Estadella, pero se negaron a tocar en otros como Vip Noche de Telecinco presentado por Emilio Aragón. Sus primeros pasos internacionales fueron una apuesta modesta y hecha poco a poco a base de recorrer países como Suiza y sobre todo Alemania, donde se convertirían en un grupo de culto, siendo allí tan famosos como en España.

Un concierto contra el racismo en Alemania, donde Héroes del Silencio mostró su personalidad y carácter sobre el escenario, les hizo dar un salto enorme en su carrera. Sus componentes se dieron a conocer internacionalmente cantando sus canciones en español. En Alemania e Italia consiguieron disco de oro. Dieron una gira por Austria, Suiza, Bélgica y Escandinavia. Prueba de ello es que se les empezó a dedicar espacio en canales europeos y sudamericanos. Tras la locura de "Senderos de traición" y su larga gira por todo el mundo, Héroes se darían un respiro de más de un año en el que Bunbury viajaría a lugares como la India. ¿Paréntesis espiritual? suponemos que sí, a tenor de lo que impregna a más de un tema su siguiente disco en cuanto sonoridades y textos.

Con el lanzamiento internacional de El Espíritu del Vino (1993), Héroes del Silencio se embarcó en una gira que les llevó por más de 20 países. El disco también producido por Phil Manzanera. La muestra de su impacto en el mercado extranjero es el libreto interior del disco, en el que las letras de las canciones venía ya en dos idiomas, castellano e inglés. Héroes quería dar a conocer sus canciones cantando en su idioma natal pero querían ser entendidos por el público de habla no hispana.

El Príncipe Felipe recibiría a Héroes en audiencia y se declararía admirador y seguidor de su música. Según el VHS "Rarezas" (EMI), Bunbury declaró, a la salida, que era republicano. Tiempo más tarde, también diría que la foto en la que sale el grupo con el Príncipe sólo la pondría en el baño de su casa.

Avalancha (1995) fue el último disco de estudio de Héroes del Silencio. Para esta ocasión contaron con Bob Ezrin (productor de Pink Floyd, Peter Gabriel o Alice Cooper). El grupo experimenta un cambio en su sonido, con guitarras más duras y textos más directos en algunos momentos.

A continuación realizaron otra gira mundial que pasó por Estados Unidos, México, Ecuador, Argentina, Guatemala y numerosos países americanos y europeos. Tras la publicación de Parasiempre (1996), un doble CD en directo, anunciaron su separación y un descanso indefinido para iniciar proyectos en solitario.

Durante la gira de 1996 (que incluía conciertos de marzo a septiembre) Bunbury, para quien el tour se estaba convirtiendo en un suplicio, decidió ir grabando maquetas en diferentes estudios americanos con la intención de hacer esos meses más llevaderos. En el tramo español de la gira, la banda llevó como teloneros al grupo colombiano Aterciopelados, a quienes Bunbury les grabaría posteriormente coros en el álbum La pipa de la paz (1997).

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Diez preguntas a Enrique Bunbury

El ex cantante de Héroes del Silencio habló con RS antes de su regreso a la Argentina: ofrecerá un recital en el Luna Park el 31 de octubre.

Artista de culto y popular: más allá del mito de los Héroes del Silencio, la carrera solista de Enrique Bunbury posee fanáticos irresductibles, que celebrarán su vuelta a la Argentina el próximo 31 de octubre en el Luna Park. Y antes de su concierto, vía correo electrónico, el frontman aceptó contestar una serie de preguntas por parte de RS. Aquí, sus respuestas.

-Tu madre era fan de Raphael y viste muchos de sus shows, ¿es así?
-Sí, mi madre, como la mayoría de las madres españolas de la gente de mi edad, en algún momento disfrutó de las canciones de Raphael. Conocí a Raphael a raíz de su versión de "Maldito Duende": he asistido a algunos de sus shows desde entonces. Es un mito de la música latina y tratarlo y componer canciones para él ha sido una experiencia fantástica que sé valorar como se merece.

-¿Fue difícil conformar una nueva banda luego de la disolución de El Huracán Ambulante?
-Desde luego. Con El Huracán Ambulante conseguimos un sonido único y personal. Es cierto: fue luego de ocho años de giras interminables y grabaciones importantes. Pensar en un nuevo grupo se me hizo cuesta arriba. Mezclé músicos con larga carrera profesional, como Jordi Mena (Escalones) y Jorge Rebenaque (Los Rebeldes), con otros de las nuevas generaciones, como Álvaro Suite (Lovely Lord) y Robert Castellanos, quienes aportaran savia nueva y renovada. La bisagra entre ellos es Ramón Gacías, que es el único miembro de El Huracán... que continúa conmigo; es mi hombre de confianza. Ahora, tras más de un año girando con la banda, se puede decir que empezamos a tener algo poderoso en el escenario; aunque creo que lo mejor está por llegar. Ya hemos grabado dos discos juntos: Hellville de Luxe y Las Consecuencias. Formar una banda seria no es cosa que se consiga de la noche a la mañana.

-¿Qué esperas de tu show en Argentina?
-Bueno, tocar en Luna Park es un honor y un acontecimiento histórico en mi carrera. Espero estar a la altura. Todavía no sé que tocaremos. Voy cambiando el set. Elijo unas veinticinco canciones entre unas cincuenta que llevamos preparadas. Eso nos permite hacer shows diferentes dependiendo de la sala, el país y el estado de ánimo.

-Gustavo Cerati le confesó a un diario argentino que el regreso de Soda Stereo "fue un calvario", ¿sentiste algo de eso en los conciertos de la reunión de Héroes del Silencio en 2007?
-Entiendo perfectamente a Cerati. En más de un sentido existen paralelismos entre su carrera y la mía. (Ndr: cumplen años el mismo día). Ambos formamos parte de grupos históricos que recorrimos América de punta a punta, con mucho éxito y vendiendo millones de discos. Las bandas se separaron más o menos por la misma época; ambos continuamos en solitario contra viento y marea experimentando con nuestro sonido y no poniéndolo fácil a los fans. Incluso volvimos ambos en 2007, con gira de reunión con nuestras bandas madre. No sé cuantos conciertos realizó Soda Stereo en su tour de retorno; nosotros sólo hicimos diez: fuimos muy conscientes de que alargar el adiós podría resultar un calvario. La escasez de shows nos hizo disfrutar. Estoy seguro de que si en vez de diez, hubieran sido más, sería yo quien diga esas palabras.

-He leído comentar a tus fans algo así como "la vida estilo Bunbury", ¿podés definirlo?
-No tengo idea a qué se refieren o a qué te refieres tú con la pregunta. ¿Mi estilo de vida? Compongo canciones, las grabo y las interpreto en directo. A veces hago alguna entrevista, pocas. O algún video-clip: ¡aburrido! En mi vida privada, viajo, leo y buceo. ¡No sé qué es eso del estilo de vida Bunbury! ¡Vamos!, lo normal para un perro.

-Hace poco debiste responder a una acusación de plagio, ¿las nuevas formas de oír música condicionan más que antes al artista?
-Tuve que responder a una acusación realizada por algún medio de comunicación. En España existen tribunales, organismos yleyes muy explícitas que regulan ese tema: diferencian claramentequé es un plagio y qué no. En la época de los blogs y los foros la prensa acusadora tiene permitido tirar la piedra y esconder la mano, pero nadie pide perdón.

-¿Es verdad que ibas a ser telonero de Dylan cuando estuvo de girapor España en 2005? ¿Tenés la fantasía de ser telonero de Bob?
-Nunca me lo pidieron. Hubo una posibilidad, cuando Amaral estuvo taloneando a Dylan durante su gira del 2003, 2004 o 2005, no recuerdo bien. Juan Aguirre, su guitarrista, tuvo un problema en su mano y casi cancelan su participación. El promotor de Dylan me preguntó si podía montar algo rápido en caso de que no pudieran seguir. Pero no hubo caso: Eva Amaral continuó los shows cantando con su acústica. No es ninguna fantasía. No le veo una gracia especial a ser telonero de tus ídolos. Yo me contento con ir a sus conciertos y disfrutarlos como público. Las condiciones para tocar en shows de ese tipo normalmente no son demasiado buenas.

-¿Cómo es tu relación con Phil Manzanera, productor de muchos de sus discos?
-Phil es mi maestro y mentor. He grabado ya cuatro álbumes con él: Senderos de traición y El espíritu del vino con los Héroes, y Radical sonora y Hellville de Luxe como solista. Todo lo que sé de producción y del trabajo en estudio se lo debo a sus enseñanzas. Desde que tuvimos nuestro primer encuentro en 1989 hasta hoy, puedo hablar de Phil como un amigo al que he consultado muchas de las decisiones importantes de mi vida.

-¿Qué estás leyendo ahora?
-Dependiendo de la época del año y de mi actividad me inclino por un tipo de lectura. Ahora, como estoy de gira, estoy con las Confesiones de Tolstoi y la biografía de Keith Richards. Es material ideal para la ruta y los aeropuertos internacionales.

-El título Hellville de Luxe hace referencia a tu casa-estudio en El Puerto de Santa María: ¿Podés resumir cómo es vivir en el mismo lugar dónde se trabaja?
-Mi vida es lo suficientemente nómada como para decirte que sí o que no dependiendo de cuando me preguntes. Hoy estoy en Chiapas.

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Héroes del Silencio Tour 2007

Héroes del Silencio Tour 2007 es el título genérico de la gira que, durante los meses de septiembre y octubre de 2007, llevó a cabo el grupo español de rock Héroes del Silencio.

Esta gira, que significaba la despedida del grupo, incluyó las ciudades de Ciudad de Guatemala (Guatemala), Buenos Aires (Argentina) , Monterrey y México D.F. (México), Los Ángeles (Estados Unidos), y Zaragoza, Sevilla y Valencia (España). La novedad la supuso la presencia del guitarrista Gonzalo Valdivia, que hizo de segundo guitarra durante la gira, y que nunca había tocado antes con Héroes.

Tras la gira, el grupo publicó el álbum Tour 2007, en formato de CD y DVD, que recogía momentos de la misma.

El grupo
Héroes del Silencio fue un grupo formado en los años 80 por Enrique Bunbury, Pedro Andreu, Joaquín Cardiel y Juan Valdivia. En la década de 1990 experimentaron un gran éxito en España y Latinoamérica, así como en varios países europeos, incluyendo Alemania, Bélgica, Suiza y Francia, convirtiéndose en uno de los más exitosos grupos en la historia del Rock en español. Después de doce años y numerosos álbumes, la banda se separó en el año 1996. Diferencias personales y cansancio fueron los motivos expuestos para su disolución. Tras la misma, Enrique Bunbury inició su carrera en solitario.

La gira
A los diez años de su separación, se planteó la posibilidad de realizar una gira de despedida como homenaje a sus seguidores, y como forma de cerrar brillantemente la trayectoria del grupo. Para llevar a cabo esta gira, se contó con el patrocinio de empresas tanto públicas como privadas, entre las que se incluyó la Expo Zaragoza 2008, el Real Zaragoza y el Ayuntamiento de Zaragoza, la ciudad del grupo, donde se planificaron dos actuaciones.

Tras algunos meses de ensayos llevados a cabo en relativo secreto, se acordó la participación de Gonzalo Valdivia, hermano del guitarrista Juan Valdivia, como segundo guitarra durante la gira, al encontrarse Juan aún renqueante de una operación en la mano. En un principio se pensó que sería Alan Boguslavsky, que fue componente de la banda de 1993 a 1996 quien desempeñaría el puesto.

Las entradas se pusieron a la venta con meses de antelación para evitar problemas de última hora, a través de cajeros automáticos y tiendas de discos, pero su demanda desbordó todas las previsiones. Para los conciertos de Sevilla, Zaragoza y México D. F. se vendieron en tiempo récord. En menos de 23 horas desde su puesta a la venta se vendieron todas, aunque surgió un turbio negocio de reventa. Las entradas para el concierto del 12 de octubre en Zaragoza, que se pusieron a la venta el 1 de marzo de ese mismo año a las 00:00 h, se agotaron en tan sólo 3 horas. Hubo gente a las puertas de las tiendas 24 horas antes, y también se produjo el colapso de los cajeros de Ibercaja y en la web, donde también se vendían.

En febrero de 2007, el grupo hizo público un comunicado oficial en el que informó de las ciudades y fechas donde se llevarían a cabo los conciertos.

Para este tour, se contó con un impresionante despliegue de luz y sonido, además de un escenario de enormes dimensiones con una pasarela que culminaba en otro más pequeño donde se desarrollaba una parte de los conciertos. El megaescenario, de 22 m. de altura, incluía dos pantallas gigantes a los lados y dos telares donde también se exhibían imágenes, con una potencia de 550.000 vatios de luz y 300.000 de sonido. El dispositivo humano para todo el montaje de los conciertos constaba de unas 800 personas.

Guatemala
El 15 de septiembre de 2007, Héroes del Silencio volvían a un escenario después de 11 años. Fue en la Ciudad de Guatemala, y el escenario el Estadio del Ejército.

Ante 24.000 espectadores, venidos de toda Centroamérica, el show comenzó con "Song to the siren", para iniciar la actuación con "El estanque", tras la que llegaron "Deshacer el mundo", "Mar adentro", "La carta" y "La sirena varada".El saludo de Bunbury fue escueto:

«muy buenas noches Guatemala, teníamos ganas de veros las caras»
Durante el concierto se produjeron algunas deficiencias en el sonido, por las que Enrique pidió disculpas. La actuación duró unas dos horas y media y culminó con un espectáculo de fuegos artificiales.

Buenos Aires
El segundo concierto de la gira se celebró en Buenos Aires, el 21 de septiembre, ante 30.000 personas en el Estadio de Obras, y estaba programado dentro de los actos del macrofestival Pepsi Music, en el que también actuaban bandas como Molotov, Black Eyed Peas y Marilyn Manson.

El concierto, que duró unas dos horas, se inició de nuevo con "El estanque", "Deshacer el mundo" y "Mar adentro", siendo los temas clásicos de la banda como "Entre dos tierras", "Nuestros nombres" o "Avalancha" los más coreados, hasta un total de 25 canciones. A pesar de que se volvieron a registrar problemas de sonido, la actuación fue considerada un gran éxito.

Monterrey
El 25 de septiembre Héroes del Silencio volvieron a México, el país donde más éxito tuvieron después de España, tras más de once años. Fue en la ciudad de Monterrey, y el escenario el Parque Fundidora, donde se reunieron 15.000 personas.

Con un recibimiento apoteósico, el concierto comenzó a las 21.30 h., una vez más tras los acordes de "El estanque", que dio inicio a la actuación. Bunbury se presentó así:

"Monterrey, muy buenas noches. Qué bueno estar en Monterrey, verlos de nuevo después de tanto tiempo, qué bueno estar en Fundidora. Falta alguien, llegaron tarde, ya podemos empezar"
A las 23.50 h., y tras interpretar una veintena de canciones, Héroes se despidieron de su público.

Los Ángeles
Tres días más tarde, el 28 de septiembre, se celebró el único concierto de la gira que Héroes ofrecieron en los Estados Unidos; fue en la ciudad de Los Ángeles, concretamente en el Home Depot Center de Carson.

La mayoría de los asistentes a este concierto, que llenó las 27.000 plazas de que dispone el estadio, más las habilitadas dentro de la cancha, eran latinoamericanos con banderas de sus países, a los que, en un momento del espectáculo, fue mencionando Bunbury casi uno por uno.

Tras unas dos horas de una actuación en la que "Entre dos tierras" y "Avalancha" fueron los temas más coreados, el grupo se despidió con el habitual espectáculo de fuegos artificiales.

México D.F.
La demanda de entradas hizo que el único concierto que inicialmente estaba previsto en México D.F. se ampliase a dos. Así, los días 4 y 6 de octubre el grupo dio su recital en el Foro Sol, llenando en ambos las 55.000 localidades de que dispone su aforo para estos eventos.

4/10
El primero de ellos tuvo lugar el día 4. A las 22.10 h. apareció sobre las pantallas gigantes la figura de Bunbury interpretando los primeros acordes de "El estanque". No faltaron temas como "Bendecida", "Opio", y sobre todo "Avalancha", el tema que más coreó el público. "Malas intenciones" y "En brazos de la fiebre" fueron los temas con los que se despidieron.

6/10
El día 6, de nuevo con el auditorio al completo, el grupo cambió algo su repertorio. Sobre las 21.00 h. comenzó, una vez más con "El estanque", y se pudieron escuchar temas como "La carta", "Tesoro" y "Tumbas de sal". Otra vez fue "Avalancha" el tema que más alteró a los asistentes. Con una emotiva despedida, los Héroes abandonaron la parte americana de la gira.

Zaragoza
Un momento de uno de los conciertos del Foro Sol.El regreso de Héroes del Silencio a su ciudad para dar dos únicos conciertos había levantado una gran expectación, y las entradas se habían agotado horas después de ponerse a la venta. Los conciertos coincidieron con las Fiestas del Pilar, lo que dio mayor realce al acontecimiento. El escenario elegido fue el estadio de La Romareda, cuyas 40.000 plazas fueron ocupadas para las actuaciones.

10/10
El 10 de octubre se celebró la primera de ellas; tras un día frío y lluvioso, sobre las 21.20 h. el grupo salió al escenario bajo una enorme ovación.[5] El repertorio no varió mucho con respecto a los anteriores conciertos del Tour, incluyendo "La sirena varada", "Héroe de leyenda", "No más lágrimas", "Avalancha", "Bendecida", "Opio" o "La herida".

12/10
El 12 de octubre Héroes volvieron a llenar La Romareda para ofrecer el segundo concierto en su ciudad. A las 21.00 h. comenzó a sonar "Song to the siren" como preludio de la salida del grupo. Tras el primer bloque de canciones, la voz de Bunbury comenzó a empeorar y éste pidió disculpas, tras lo que se tomó un pequeño respiro y regresó ante el aplauso del público para culminar la actuación. El repertorio fue prácticamente el mismo de dos días antes, con la inclusión de "Agosto" como única novedad. Unas dos horas de actuación tras las que el grupo se despidió emotivamente de su ciudad.

Sevilla
Después de once años, Héroes volvieron a Sevilla para su concierto del 20 de octubre, en el Estadio Olímpico de La Cartuja.

70.000 espectadores asistieron al concierto, la mayor cifra registrada hasta entonces en el tour, donde así se presentó Bunbury:

"Sevilla, buenas noches, un placer estar con ustedes, os queremos dar las gracias por lo grande que se ve esto..."
Tras un inicio con temas más melódicos, la banda tocó en la segunda parte su repertorio más movido, el que encendió al público con temas como "La sirena varada", "La herida", "Mar adentro", "Nuestros nombres" y "Avalancha". La sorpresa de la noche se produjo cuando el ex-productor del grupo, Phil Manzanera, subió al escenario e interpretó dos temas a la guitarra.

Valencia
El bajista Joaquín Cardiel, durante el concierto de Sevilla.El último concierto de la gira de despedida de Héroes del Silencio tuvo lugar en las proximidades de la ciudad de Valencia, en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste, el día 27 de octubre.

La asistencia masiva al concierto (80.000) personas, y la falta de previsión de la organización, originaron un caos circulatorio durante más de cuatro horas, además de 20 kilómetros de retenciones que imposibilitaron el acceso a miles de seguidores. La situación llegó a ser tan caótica que muchos fans decidieron abandonar sus vehículos en plena autovía A-3, que quedó colapsada.

El concierto en sí fue el más emotivo de toda la gira. Comenzó con el típico "El estanque" y culminó con la también habitual "En brazos de la fiebre", tras un repaso a sus temas más conocidos de más de dos horas, con momentos como la interpretación de "La chispa adecuada" con la única iluminación de los mecheros y teléfonos móviles del público. Hasta tres veces volvieron al escenario para culminar el show, cuyo punto final pusieron los habituales fuegos artificiales. Entre las frases que Bunbury dedicó al entregado publico:

"Hace 24 años que empezamos en esto y ustedes han hecho posible lo que parecía imposible. Ustedes nos han hecho grandes y se lo tenemos que agradecer."

Sus últimas palabras sobre un escenario como miembro del grupo fueron:

"Muchísimas gracias, ha sido un verdadero placer estar con todos ustedes. Nosotros somos Héroes del Silencio, no se olviden. Hasta siempre."

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Los restos del naufragio


El Rescate


Lady Blue

Con el alma en los labios


El hombre delgado que no flaqueará jamás


Hay muy poca gente


EL por que de tus silencios


Heroes del Silencio

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